Eduardo A. Saldivia
Una nueva realidad
El jueves pasado, por Decisión Administrativa 622/20 del Poder Ejecutivo Nacional, se exceptuó del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” y de la prohibición de circular, al ejercicio de profesiones liberales. Y ese mismo día, la Decisión Administrativa 625/20, estableció lo mismo para las personas afectadas al desarrollo de obras particulares.
Esto significa que diferentes profesiones colegiadas y la construcción privada están empezando a retomar sus actividades. El mundo precoronavirus quedó atrás y llega el momento de empezar a descubrir una nueva realidad.
Cuando hablamos de dejar en el pasado el abrazarnos, saludarnos con la mano o compartir un mate, nos quedamos cortos. En el caso de los arquitectos, la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos, junto al Colegio de Arquitectos de Misiones elaboraron y presentaron el Plan de Contingencia en Obras Particulares, Públicas y Civiles para la prevención del COVID-19 y el Protocolo de Salud para la atención en estudios profesionales, Nota número 282.
El primero de los mencionados documentos, incluye una serie de recomendaciones con sustento científico y técnico, estableciendo pausas cada dos horas para que el personal le dedique un momento a higienizarse. Y adicionalmente a los elementos convencionales de seguridad e higiene de cualquier trabajo de albañilería, por ejemplo, como puede ser el uso del casco, se agregan los recomendados por la Organización Mundial de la Salud como barbijos y solución de agua y lavandina al 10% para limpiar las superficies. Otro punto destacado es el de establecer una superficie de trabajo de 60 metros cuadrados por cada 4 operarios, garantizando que todos puedan trabajar manteniendo el distanciamiento social. No cumplir alguan de estas normas derivaría en multas y la paralización de los trabajos.
En cuanto a los despachos de arquitectura, una pregunta fácil podría ser ¿la persona que viene de afuera debe traer su propio alcohol en gel o se la debe recibir poniendo uno a su disposición? ¿Debe tener su propio cubrebocas o a su ingreso debemos ofrecerle uno?
Estas y otras dudas viene a aclarar el segundo documento, dedicado al trabajo de gabinete. El protocolo ordena la atención de consultas dentro del estudio de arquitectura.
La Nota número 282 del Colegio de Arquitectos misionero es muy interesante porque divide los compromisos entre dos actores, el profesional, con su personal y el estudio por un lado y quienes vienen a realizar sus consultas por el otro.
Para empezar, se recomienda que los estudios de arquitectura atiendan de manera virtual. Algo que era muy inusual en el mundo precoronavirus. El protocolo pondera las nuevas posibilidades de la tecnología, para volcar a esta modalidad todas las consultas posibles. Así mismo, propone la bancarización electrónica para aquellas gestiones habituales, valiéndonos -por ejemplo- del sistema homebanking.
En el apartado para los estudios, establece claramente que en su ingreso deberán tener a disposición de la persona que los visite el correspondiente alcohol en gel, un trapo con lavandina para limpiarse los pies y aerosol desinfectante, recibiendo siempre personas con previo turno agendado.
Se solicita a los arquitectos que atiendan con barbijo y guantes, compartan y manipulen la menor cantidad de elementos posibles con el cliente, ya sea documentación o planos y que siempre cada uno tenga su propio bolígrafo. Queda descartada expresamente la posibilidad de compartir un mate y se recuerda desinfectar el celular u otros dispositivos con frecuencia.
Por último -y también muy importante- se establece aquello que deben cumplir quienes asistan a la oficina de un profesional. Se les pide que no concurran con niños, dejar los abrigos siempre en el ingreso, concurrir con su propio tapabocas y respetar las distancias sociales. Todos los protocolos y recomendaciones coinciden en un punto: si alguien tiene fiebre o sintomas de enfermedad, que se quede en su casa y contacte a las autoridades sanitarias pertinentes.
En conclusión, podemos ver que hay toda una serie de medidas y protocolos a los cuales debemos ir acostumbrándonos desde ahora, algunas propuestas resultaban impensadas hace pocas semanas. Empezamos a vivir en nuevo mundo, al que debemos abordar sin miedo y donde debemos tratarnos cuidando y respetando la salud propia y la del prójimo.
